Basilisco

23/9/09.
El basilisco es uno de los monstruos terrestres más difíciles de combatir. Enfrentarse a él es casi un suicidio, pues todo lo que mira se convierte en piedra, y sólo las corazas de hierro fundido le resisten, por lo que resulta un perfecto animal de compañía para guardar y proteger nuestros tesoros.

Pero para que un basilisco nazca han de darse una serie de extrañas circunstancias. De ahí a que seamos pocos los que hayamos tenido la ocasión de contemplar alguna sin acabar convertido en dura roca. El basilisco nace del huevo que un gallo ha llevado en su vientre durante siete años. Este huevo no es ovalado como los otros, sino completamente redondo y siempre blanco. Por un escrúpulo instintivo, la gallina se negará a empollarlo, y sólo si lo encuentra algún reptil hembra y lo incuba durante nueve años sobre estiercol nacerá el basilisco. De la unión azarosa de estos dos animales surgen los basiliscos y, por eso, tienen un cuerpo de serpiente, pueden llevar una cresta en la cabeza y ocho patas de gallo armadas con espolones.

Durante muchos siglos, esta bestia fue considerada el rey de las serpientes. De hecho, la palabra basilisco proviene etimilógicamente del latín basiliscus, y éste a su vez del griego basiliskos, que significa reyezuelo. Se creía que todos los reptiles huían despavoridos cada vez que oían el siseo del rey (aunque en aquellos momentos estuvieran haciendo la digestión de la más apetitosa de las presas).

En la Edad Media fue muy popular, y en los bestiarios figura como contendiente de algunos santos que fueron capaces de vencerlos con la ayuda de Dios. En esa época, nadie ponía en duda su existencia y hasta creían en el poder de su cuerpo una vez muerto: con sus despojos un ungüento oleaginoso (bastante asqueroso) que luego rociaban sobre la techumbre de las casas (incluyendo el de templos y lugares sagrados), pues era (y sigue siendo) un remedio infalible para prevenir la entrada de aves e insectos.

Quien desee poseer una mascota como esta para guardar sus objetos más valiosos, deberá tener mucho cuidado a la hora de alimentarlos y sobretodo procurar que no se lastimen ya que su sangre es muy venenosa y corrosiva y si llegara a tocarnos caeríamos completamente fulminados.

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